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miércoles, 30 de noviembre de 2016

Ensoñaciones perdidas en lectores perdidos

Tendido en suelos perdidos,
en baldosas vacías
de superficies solidas.
Vasos medio llenos
con agujeros perpetuos,
sed saciada a pesimistas
de ley.
Cráteres rellenos
de ilusiones en momentos
tristes; terremotos
que remueven a los 
corazones para vivir
los sueños robados.
Palabras que se convierten
en arte,
palabras que se convierten
en vida,
letras que se convierten
en alimento
que acaban con el hambre.
Gatos que aman los tejados,
gatos que vigilan
que los perros
siempre les acompañen,
ratones que se asoman a los sumideros
y ven como la luna
ilumina el pelo de seda de los felinos;
se vigilan mutuamente
saben que uno es parte
del otro,
siempre querrán jugar al ratón y al gato.
Letras que se juntan
y cuentan relatos,
cuentan poemas,
hablan de todo
y hablan de nada;
pero que alegran el alma.
Poemas que se acaban
por qué el canto
llamó al manto,
para que este poema
se acueste en el
corazón
del 
lector 
que todo esto presenció.

RJHR

jueves, 24 de noviembre de 2016

Guerras eternas


Tambores de alegría
en países sin victoria,
cornetas y redobles,
uniformes engalanados.
Llantos e injurias
en esquinas oscuras,
miedo, recuerdos;
almas que no olvidan.
Calles de sangre,
edificios sin gente,
esqueletos de hermosos pasados;
impera el odio y el escarnio.
Todos quieren sangre,
todos quieren victoria
pero ninguno quiere la paz.
Los grandes piden soluciones,
obviando sus implicaciones;
niños que cruzan desiertos, mares
y fronteras solo encontrando
indiferencia.
Guerras eternas en las que se pide la intervención de cualquier dios,
pero en las que solo el ser humano
tiene el remedio para que acabe el odio.

viernes, 18 de noviembre de 2016

A las puertas de la paternidad


Varado en el sino
de mi corazón perdido,
estólido,
atolondrado;
perdidamente enamorado.
Noches sin sueño,
noches de encanto,
observando tu respiración
en tu descanso.
Preocupaciones y miedos,
eternas dudas
en mi vida.
Mi alma,
mi corazón
y mi felicidad
es tuya.
Mi fin y mi consuelo
es que tu vida
sea siempre tranquila.
Pues mi sangre
es tu sangre
y cada instante
a tu lado,
mi regalo.

A mi querida hija Leyre María

sábado, 12 de noviembre de 2016

Poema maldito



Versos de arena,
palabras de agua y fuego,
letras con alma, respiración y llanto.
Canciones varadas en puertos
sin descanso,
sin remanso.
Espiritualidad buscada
en rincones de desencanto,
brutalidad y desgarro.
Libros sagrados,
libros prohibidos
todos con verdades y falsedades.
Vida que renace y se deshace
en mundos cambiantes,
en mundos mal sonantes.
Reyes que gobiernan
sin coronas,
reinos malditos
por su linaje
y por su libertinaje.
Servidumbres cansadas
de futuros sin destino,
de cunetas rebosantes de lágrimas
y recuerdos perdidos.
Verdades cambiantes,
verdades en cada instante,
en cada sorbo de amores
cortantes.
Vidas fascinantes
con enfermedades constantes
y eternidades huidizas.
Palabras flotantes
de páginas resbaladizas,
de estilográficas sin tinta.

jueves, 10 de noviembre de 2016

El nuevo líder

Alzado en el púlpito
miraba al público
allí presente.
Todos le admiraban,
todos le respetaban,
no por lo que fuera,
ni por lo que hubiera sido,
si no por lo que es
y representa.
La gente se impacientaba,
unos incluso se desmayaban,
todos querían tocarlo
y mirarlo de cerca.
Sabían que con él serían mejores,
estarían más seguros
y con más ánimo.
De repente, salió un hombre
de detrás del escenario
se acercó al púlpito
y cogió ese montón de dinero;
se marchó, no sin antes decir,
este montón de dinero
ahora es vuestro líder.
La gente rompió en gritos
de viva el líder,
el clamor fue unánime.

martes, 8 de noviembre de 2016

El reloj

Pausado, miras ensimismado

el reloj,

viendo como el segundero

avanza impasible,

como el minutero

le sigue con paso cansado

y como la hora

marca de un tajo

que tu tiempo ya ha pasado;

y este con sorna te indica

que los segundos, los minutos

y las horas que has observado

jamás te serán devueltas.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Adiós arroyo, le decía el oso



Tedioso era ser uno oso
y eso que era bien soso,
caminando cansado
se dirigía al arroyo;
apesadumbrado y abrumado
vio que no había más osos,
ni siquiera peces,
ni salmonetes.
Solo había misteriosos
tipejos, todos con cañas,
y cestas rebosantes de pesca.
Intentó asustarlos,
con sus garras y sus dientes
pero no recibía más que risas
y aplausos.
¿Es qué me han tomado por un circense?,
pensó el oso,
¿a caso soy un payaso?,
mirando de arriba abajo
diluyó tamaña idea.
Será que no me han entendido,
asumió extrañado;
se levantó
y soltó un fuerte gruñido,
pero lo único que consiguió
fue que le echaran alguna foto.
Sorprendido posó
y pensó ¿de dónde salió
esta gente?.
Vio que volvía a la cueva
sin probar bocado
de tan suculento pescado
y tomó por cuenta su última idea,
que no era otra que tumbar
de un manotazo a tan particular
gentío.
Miró a su víctima,
un hombre enclenque y refinado
pero que tenía un montón de pescado,
de un ligero golpe lo tumbó
y cayó al suelo desplomado,
no sin antes escucharle decir
que no le había dado tiempo a grabarlo.
Abrumado, el oso decidió volver adentrarse
al bosque, era mejor morir de hambre
que seguir en este mundo de majaretas.

El alma del monstruo

Tras un duro día se recostó en su sillón de piel, mientras lo acariciaba pensó lo que le costó tapizarlo; cómo gritaba el humano, recordaba entre carcajadas. De repente pasó un gato, negro como su alma; él le golpeo con la mano, ve a otro a darle mala suerte, le dijo con mirada maliciosa. Miró al suelo y vio los cadáveres de sus víctimas; tenía hambre, se respondió. Miró por el ventanal y vio a niños disfrazados de él, pidiendo chucherías; sin darse cuenta brotaron lágrimas de sus ojos, y se preguntó, ¿por qué tengo que ser yo el malo?, no encontró respuesta. 

(Imagen Pixabay) ( Relato para monstruoscopia)

Una maleta llamada libertad

Perdido y asustado, siento como me deshidrato, hace días que surco la mar en una maleta de nylon, en una maleta de sueños.
Todo comenzó hace unos días cuando embarcamos en una patera, con el sueño de empezar una vida mejor; sabía que tardaría décadas en pagar mi deuda a la mafia y que seguramente jamás volvería a ver a mi familia en la vida, pero debía arriesgarme, debía intentarlo; todo era mejor que la guerra, todo era mejor que la muerte en un país que ya no puedo llamar hogar. Me había convertido en un emigrante sin patria, en un emigrante que solo recordaba su país antes de que el odio y la sangre destrozaran aquello que llamaba mi vida.
Embarcamos en aquella patera con la ilusión de que la mar estaba en calma, pero cómo nos engañó la vida. En cuanto dejamos de ver la costa, la mar cobró una violencia inusitada, una rabia contenida y volcada sobre nosotros; que solo queríamos una oportunidad. La patera se hundió, vi como muchos murieron y otros, como yo, se agarraron donde podían, para salvar la vida.

De repente un haz de luz, ¿un guardacostas?, ¿quizá el billete a la libertad?. 

(Imagen Pixabay) (Relato para ENTC) 

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Homenaje a Dylan Thomas

El infierno era tu musa,
el alcohol quién te susurraba
los versos que removían el alma.
Tu voz, el arma; 
con ella conducías la letras 
que dieron
aliento y divertimento, 
a los valientes y a los inocentes
que lucharon en el lugar
en el que te prohibieron estar.
Un torrente de güisqui,
graznido de intelectualidad y genio.
Llanto y magia,
surrealismo y lírica,
palabras que hiciste arte,
palabras que hiciste vida.
Lamento y pobreza,
desconfianza en tu genio,
desconfianza en la vida.
Dieciocho güisquis te llevaron al cementerio,
dieciocho güisquis te hicieron eterno.

viernes, 28 de octubre de 2016

Soy vida, soy muerte

Canté las canciones
de mis antepasados,
pero no las conocía.
Anduve por las piedras
por donde se derramaron lágrimas
de personas que lo perdieron todo,
pero aún así creyeron.
Sentí el dolor en mi pecho
de una caliente bala
que hace años fue disparada;
sentí el dolor en mi cara,
de un puñetazo desconocido
que fue infringido
en la intimidad de un infierno,
llamado hogar;
sentí las lágrimas
en la cara, de un niño
que no entiende
por qué es refugiado;
sentí la acuciante hambre,
de una tierra seca
por la avaricia humana.
Y proseguí mi camino,
mirando vastas praderas
que ahora solo
son toneladas de arena.
Sentí en mis manos la hierba,
la rocé y noté la humedad
de su vida.
Posé mis manos en las flores
y sentí los dedos en el polen;
polen que fertiliza la tierra,
polen que vuela
globalizando la tierra.
Miré desde lo alto
de un árbol
y sentí que en su estática vida,
su sabiduría fue creciendo
al igual que los anillos de su alma.
Miré a los pájaros volar
y vi el deseo imperturbable
del ser humano en querer
alzar el vuelo.
Miré al tiempo y vi que solo
soy uno de sus muchos segundos,
de sus muchos minutos,
de sus muchos años
y de sus imparables siglos.
Sé que soy vida,
sé que soy tiempo
y sé que soy muerte.

(Imagen Pixabay)


lunes, 24 de octubre de 2016

El valor del ser humano en tiempos de desdichas


Dos bandos enfrentados,
dos espías al descubierto;
dolor y tortura,
ingenio y tiempo
dedicado para hacer el mal,
para sonsacar la verdad.
Gobiernos con miedo,
nada puede quedar al descubierto,
ni un metro al enemigo
se repiten;
ni un halo de paz
se reclaman.
Calles oscuras,
frías y húmedas,
acogen tan secreto encuentro.
Ambos espías quedan liberados,
ambos volverán a casa;
piensan ellos.
Lo que ninguno sabe
es que sufrirán
el mismo trato
que recibieron
de sus enemigos;
y es que los cabos 
deben quedar bien atados,
se repiten los verdugos
para silenciar su culpa.
Los gobiernos negaran
que aquellos sucesos,
jamás sucedieron,
solo repetirán,
ni un metro al enemigo;
siempre para calmar
su culpa.

(Imagen Pixabay)

martes, 18 de octubre de 2016

Dejemos

Un grito, un ensordecedor
y doloroso grito
que desgarra mi corazón.
Lamento infinito
que comienza y acaba
en un torrente de inagotable tristeza.
Mis ojos encierran
el dolor visto
y el dolor vivido;
mi corazón y mis entrañas
agonizan,
mientras piden con suplicas terminar
tal exposición de dolor.
La cabeza se pregunta,
mientras retumba
la duda de toda razón.
¿Por qué nos es más fácil odiar,
que amar?.
¿Por qué nos es más fácil destruir,
que construir?.
¿Por qué nos es más fácil blasfemar,
que decir te quiero?.
¿Por qué la vida es tan bonita
y la hacemos tan oscura?.
Dejemos de envenenar nuestro corazón,
dejemos de ver la facilidad del odio,
dejemos de ver la facilidad de echar la culpa a otro,
dejemos de poner barreras a la vida, al amor;
y quizá así, veamos que la vida puede ser feliz.  

(Imagen Pixabay)

sábado, 8 de octubre de 2016

Buscando respuestas

Adormilado deambuló por la biblioteca, buscando un libro que lo desperezara de su hastiada vida; buscaba en los libros las respuestas a sus dudas. Miró estantería por estantería, libro por libro; todos le gustaban pero ninguno le daba respuestas. De repente, un libro fino, lleno de polvo y olvido, por título “Tu vida”; lo leyó y lo releyó, asombrado cerró las tapas y decidió cambiar su historia.

(Imagen Pixabay) (Microrrelato seleccionado en la antología " I Concurso de microrrelatos Universo de libros") 

viernes, 7 de octubre de 2016

El despiadado lector

Miro a ese hombre con gafas de pasta y cara de loco; a pesar de que he asesinado a catorce personas sin ningún remordimiento, le pregunto un poco asustado, ¿por qué lo han encerrado aquí?. Él, con la mirada perdida, me responde que está aquí por negarse a devolver un libro a la biblioteca de Alabama.

Temblando de miedo ante su respuesta, me pregunto, ¿cómo es que no tienen celdas de aislamiento para gente tan peligrosa como esta?.

(Imagen Pixabay) (Relato inspirado tras la lectura de una noticia sobre la biblioteca de Alabama)

jueves, 6 de octubre de 2016

El extraño justiciero

Amante de las conspiraciones inventadas,
fiel creyente de las luces del espacio.
Ilusorio de las noticias y de los reportajes
contrastados.
De fe irrompible, y confeso
de teorías que él mismo
ha creado;
pero ferozmente combativo
contra las creencias de otros.
Fiel revisor de precios
y creyente de descuentos
que siempre se le han de hacer,
pues el vendedor siempre
le pretende engañar;
y él es un virtuoso desenmascarando
a granujas y estafadores.
Con mirada altiva
y calculando siempre las ofertas
que él quiere, aunque no existan,
él siempre dirá que las ha visto.
Pero pobre de ti como
caigas en sus engaños,
él siempre te dirá,
que no es engaño
sino justicia.


(Imagen Pixabay)

martes, 4 de octubre de 2016

Al fin y al cabo

Cansado y perturbado
te sientas y escribes,
te sientas y describes.
Queriendo dar razón
a tus palabras,
queriendo dar razón
a tu alma.
Garabateas por el papel
intentando que broten dibujos,
que desvelen
tus sentimientos
tras el telón de niebla
y dudas.
Afloran las palabras
y se posan delicadas,
algunas,
otras atraviesan
y desfiguran el papel
pero todas son tuyas,
todas explican
algo que quieres decir,
algo que quieres reflejar al mundo;
que está cansado de mirar.
Pero tú insuflas impulso,
insuflas corazón, lamento y vida.
Cada poro de tu piel resuda
pensamientos y sueños,
odas y panegíricos,
sonetos y alabanzas,
a la gente santa,
a la gente corriente
que vive y se desvive
amando y odiando,
queriendo y engañando
pero principalmente sobreviviendo.
Y a todos nombras y mencionas,
pues todos son héroes y villanos
todos son al fin y al cabo
humanos.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Fatídico testigo

Conducía por la avenida París, pensando en sus cosas; apreciando los edificios de su amada ciudad. En la radio, un grupo de jazz hacía las delicias de sus oídos, se transportaba al interior de su ser, al interior de su yo más profundo. Giró en una de las salidas de dicha avenida, estaba a punto de llegar a su lugar de reunión. Allí estaba, pensaba desde el coche; era de noche y veía como el edificio resplandecía con la nueva iluminación. En aquel momento sonaba la parte de la melodía que más le gustaba, subió el volumen para que su éxtasis fuera mayor y se dispuso a aparcar; maniobró hasta que lo consiguió. Se quedó sentado esperando que terminara la canción; de repente sintió que algo afilado le abría la piel del cuello, veía brotar la sangre, veía como no le llegaba la respiración. Miró por el retrovisor y vio a su verdugo, no lo conocía, no lo reconocía; no sabía el motivo de su hecho, de su fatídica muerte. Sintió que el fin le sobrevenía y pensaba ¿por qué había muerto?, ¿por qué lo habían matado? y ¿quién querría matarlo?, muchas preguntas sin respuesta. Alguien resolvería su muerte o quizá no, por pena él nunca sabrá por qué lo mataron.

martes, 27 de septiembre de 2016

Voces en el silencio

Tumbas del ayer
que descansan
sin pensar,
sin molestar.
Cientos de muertes
sin motivos,
sin remordimientos.
Vidas perdidas
en noches furtivas,
vidas desaparecidas
jamás buscadas,
mil veces lloradas.
Lamentos
sin condena,
gritos sordos
de justicias sin pena.
Batallas perdidas
de almas que no descansan,
que vivirán su terror
y su miedo
sin entender porqué murieron.


(Imagen Pixabay)

sábado, 24 de septiembre de 2016

Ego

Perplejo y anodino
todo en su sino.
Andante y vacilante
sigue su camino.
Mirada al frente,
sin ver las piedras
que le hacen caer.
Dormitando
en noches de frío
y de calor;
a pesar de que le
atemoriza el insomnio.
Manos arrugadas
por la vida,
por el tiempo
y por el desconocimiento
de la palabra ayuda.
Experiencias aprendidas,
pero no asimiladas;
errores continuos
pero con moral altiva,
sin brazos torcidos
pero con vidas perdidas. 

(Imagen Pixabay)

viernes, 23 de septiembre de 2016

¿Cuánto tiempo le quedará?

Preludio de veranos infames,
de otoños caóticos
e inviernos deleznables.
Países sin gobierno,
países sin acuerdos;
pero todos contentos.
Millones vacíos,
carteras llenas
de billetes huidizos,
de personas ajenas,
de personas con penas.
Playas paradisíacas
con cócteles dulces,
para almas amargas,
para personas sin condena.
Calma en el juicio,
sabiendo que la condena
poco vale
para el colchón mullido,
que le espera a la vuelta
de la esquina.
Mientras, inocencia y miedo
ante las facturas de la luz
que revientan
los finales de mes;
de gente sin aliento,
de brazos cansados
por el miedo del empleo,
por el pánico a la crisis.
Y la cesta sigue igual,
veinte manzanas podridas
y una sana;
¿cuánto tiempo le quedará?.


(Imagen Pixabay)

jueves, 22 de septiembre de 2016

Oda al haragán

Bendices la comida,
cuando cocina
tu abuela.
Rellenas perdices en vez de pavo,
cuando celebras
acción de gracias;
y eso que eres de Cuenca.
Miras la mar,
desde tu piso
de Pedro Muñoz.
Desayunas pizza
cuando tu cena
te abultó.
Bebes vino
cuando la cerveza
se te acabó.
Te levantaste
del sofá
porqué la cama
te llamó.
Viste la vida
desde el plasma
de tu salón;
y te diste cuenta,
que te emperezaste demasiado
para hacer una segunda parte.


(Imagen Pixabay)

El fugitivo

Burlaste la vigilancia
y te escapaste de la cárcel,
decidiste no volver allí.
Demasiada tristeza y ambigüedad,
demasiada desdicha y melancolía,
demasiada desidia y flaqueza.
Caminaste sigiloso,
vigilante de ojos ajenos,
pesaroso de que algo te delatara
y te devolviera al agujero,
al que no querías volver,
el que no querías ver.
Pasaron los días
e incluso las semanas;
y saliste de tu escondrijo,
huidizo volviste a tu casa,
abriste la puerta,
y abrazaste pasionalmente
a tu mujer.
Ella entre lágrimas
te dijo,

otra vez.
Tú le contestaste,
no puedo estar sin ti.
Ella se secó las lágrimas
y con tristeza te respondió,
no te preocupes,
ha llamado tu jefe
y ha dicho que estás despedido;
¿si no querías ser vigilante
para qué coges el puesto?,
te preguntó reflexivamente
tu mujer.
Tú te encogistes de hombros
y te fuiste a la ducha,
después dormiste.


(Imagen Pixabay)

lunes, 19 de septiembre de 2016

Barcos a la eternidad

Zarparon los barcos al alba;
desde aquel cascarón de hojalata
miraste la orilla,
viendo como se alejaba,
como desaparecía en la mar.
De las cuencas de tus ojos
salieron lágrimas
de sabor salado,
de sabor amargo.
Dijiste adiós a un puerto
que ya no se veía,
sabiendo que nadie te vería,
sabiendo que nadie sabría
que tú decías adiós.
De repente,
viste su silueta en el fondo del mar,
te esperaba con los brazos abiertos;
tú,
saltaste,
sabiendo que su abrazo te traería la paz.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Días extraños, días no reales

Tal día como hoy
fue ayer,
tal día como mañana
será hoy,
tal zapatilla que te pusiste
y te molestó,
fue porqué no te diste cuenta
y compraste dos izquierdas,
aún así las sigues llevando.
Quizá creíste ver un ovni,
cuando realmente viste
a tu abuela montada en una carretilla;
sabías que aquel orujo
no le hacía ningún bien.
Lloraste, cuando vistes caer a tu perro
extenuado de cansancio al suelo,
tras pasearte con él
como si fuera un caballo,
a sabiendas de que pesas noventa kilos
y él solo era un pastor alemán.
Negaste que no hubieras mandado a tu
hijo de tres años a hacer la compra;
cuando cruza rendido la puerta
con los brazos llenos de bolsas.
Negaste que te gustara el fútbol,
cuando tienes una pizarra 

en el trastero,
con todos los resultados de los partidos
de liga.
Negaste la mayor,
a sabiendas
que era todo cosa de tu imaginación.

Mil caras, cien mentiras y algunas verdades

Fumaste la lava de los volcanes,
comiste los cristales de vasos infames,
rezaste sin creer,
y despreciaste la religión
de la que tenías fe.
Juraste las banderas de países
que no eran el tuyo,
y renegaste de tu propio país.
Te presentaste a las elecciones,
sabiendo que robarías y ultrajarías
todo atisbo de democracia;
después de difamar y luchar
hasta la extenuación,
contra cualquier atisbo de totalitarismo.
Apoyaste todas las ideologías y en ninguna creías.
Creaste tu propia ideología,
y la hundiste por ser nefasta.
Te miraste al espejo
y escupiste,
no querías ser tú;
saliste por los medios
y solo querías ser tú.
Escribiste tu biografía
y te diste cuenta
de que era un libro
lleno de tachones y falsedades.
Te decidiste a santificarte
y cuando conseguiste ser santo,
te desmitificaste.
Decidiste buscarte
y no te encontraste;
cuando lo dejaste
de intentar, por fin lo lograste.
Y al fin, fuiste feliz.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Vidas repetidas, vidas únicas

Perderás lo perdido,
encontrarás lo encontrado,
caminarás lo andado
y dormirás lo dormido.
Releerás lo leído,
escribirás lo escrito
y memorizarás lo memorizado.
Amarás cosas que ya fueron amadas,
odiarás cosas que ya fueron odiadas,
y soñarás cosas que ya fueron soñadas.
Versarás sobre versos
ya versados,
enloquecerás con locuras
ya enloquecidas
y verás la luna como ya fue vista.
Entrarás en el mar
y lo sentirás
como ya fue sentido,
acariciarás la arena
y la acariciarás como ya fue acariciada.
Te sentarás en la soledad del bosque
y tragarás una bocanada de aire puro
sabiendo que ya había sido tragado,
mirarás las montañas
sabiendo que ya habrán sido miradas.
Sabrás todas estas cosas
y sentirás que tus instantes
siempre serán únicos.

martes, 6 de septiembre de 2016

Venganza en una noche oscura

Aquella mañana decidió que era hora de perpetrar su estudiada venganza; antaño vio como un humano se llevó a lo que más quería, y como el muy sádico además se lo comía, acompañado de arroz y un sofrito de tomate con pimientos. Lo tenía todo planeado, sabía que aquel día, como cualquier otro, alguien saldría a la carretera. Esperaría hasta que anocheciera, entonces y solo entonces saldaría su venganza. Toda la tarde estuvo esperando agazapado en la cuneta. Cuando se hizo de noche comenzó una fuerte tormenta con viento y relámpagos; mayor dramatismo para mi ansiada venganza, pensó él.
De repente vio las luces de un coche en la lejanía y se preparó, había llegado su momento. Cuando se acercaba el coche, él salió de la cuneta y se metió en la carretera; el conductor se percató de su presencia, pero sabía que no le daría tiempo a frenar e intentó esquivarlo, parecía que lo había logrado. Durante unos segundos el conductor y el conejo se miraron a los ojos y no se conocieron, pero el conejo no retrocedió, se lanzó hacia las ruedas traseras, allí acabó su venganza; no consiguiendo nada, bueno sí, una muerte violenta. El conductor no se enteró del motivo de la venganza del conejo; pero al menos el conejo consiguió que aquel conductor se sintiera culpable por haberle atropellado.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Bailando en la feria

No lo podía remediar, el cuerpo se hipnotizaba ante las palpitaciones de la música, no era dueño de su ser; solamente se podía dejar llevar por el ritmo. La calle estaba abarrotada de gente, pero a él no le importó; se puso a escuchar la música, y que el ritmo le fuera marcando los pasos de ese baile que le pedía el cuerpo. De repente la gente se paró y se puso a mirar a aquel hombre que meneaba su cuerpo al son de la música. Movía el esqueleto como si no hubiera mañana, como si aquella canción fuera la última que fuera a bailar; la gente aplaudía y le vitoreaba animándole a que se entregara más a fondo, a que mostrara todo lo que atesoraba.
Aunque le observaban, él sentía que estaba solo; su baile y la música, nada más.
Cuando llegaba el final de la canción se animó a realizar una preciosa y dificultosa pirueta, pero de repente sintió un empujón que lo desestabilizó, y cayó al suelo. Volviendo tristemente al mundo real cuando escuchó.
  •        Quieres seguir andando, bailarín, no ves que estás bloqueando todo el paso.

En ese momento se dio cuenta que se había topado con un enemigo del baile; avergonzado por la caída, se levantó y siguió su camino. Esperando que la próxima vez que le llamara la música no se encontrara con un tipo con prisas.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Carta a un padre querido o escrito de un hijo poco avispado

Padre no sé como expresarte mi cariño por ti; con todas las cosas buenas que hiciste por mí. Por ejemplo, me acuerdo cuando te olvidaste de mí en aquellos grandes almacenes, y tuve que volver andando a casa, sé que no lo hiciste por descuido sino para que aprendiera a valerme por mi mismo; o cuando me operaron de vegetaciones y me llevaste a trabajar al campo, para que aprendiera que la vida es dura.
También me acuerdo cuando nunca dijiste mi nombre y me llamabas siempre con el pronombre tú, “tú deja de hacer eso o tú ven a la mesa a comer”, sé que lo hacías para que me sintiera igual que cualquier otra persona; o cuando nunca me felicitabas por mi cumpleaños, para que supiera que todos los días alguien cumple los años y no por eso hay que estar todo el día de celebraciones.
Pero me emociono siempre, cuando me acuerdo del día que me fui de casa y me agarraste fuerte del brazo y entre lágrimas me dijiste, “por fin te vas gandul”, sé que en el fondo me decías “vuelve cuando quieras hijo”.
Gracias por todo padre, abrazos de tu hijo que te quiere.

(Imagen Pixabay)

La falta de memoria

Extrañada miró la habitación, no le sonaba de nada. Aquella estancia era muy bonita, tenía una mesita, una cómoda y al fondo una mullida cama con un cabecero de forja, pero lo que más le gustaba de aquella habitación, que apenas recordaba, era un enorme ventanal desde el que veía el campo. Y entonces le volvía a la memoria una pequeña casa de ladrillo, con cuatro pequeña estancias y una pequeña cocina de leña; se acordaba cuando se levantaba antes de que cantara el gallo y salía a ordeñar a las vacas, a repartir la comida a los diferentes animales que allí moraban, y a volver feliz, para preparar el desayuno a su marido y a sus cuatro hijos. Les despertaba y les preparaba para ir al colegio, y que lo hicieran con ilusión y con todo el material que precisaran; sus molidas manos ya lo pagarían.
Pero eso ya pasó, ellos crecieron y se marcharon a la gran ciudad; donde el estrés y los mil trabajos para llegar a final del mes les quitaban tiempo para cuidar a una anciana; y entonces recordaba, que aquel lugar era su nuevo hogar, que aquel asilo era el premio por su esfuerzo.

(Relato para ENTC) 

miércoles, 31 de agosto de 2016

Papeles que enloquecen

El auditorio entero se puso aplaudir, nadie esperaba una actuación tan sublime. Los actores, llenaron de realismo aquella escena; qué dramatismo, qué violencia y qué tensión, pensaba asombrada la gente. El actor que estaba tendido en el suelo no se levantó, pero el que empuñaba la pistola se dirigió al público, agradeciéndoles de corazón su demostración de cariño y admiración.
Cuando bajó el telón, agarró a su compañero de las piernas y lo arrastró al camerino; allí, levantó una trampilla y lo arrojó envuelto en una alfombra; luego esparció un par de sacos de cal viva. Lo miró por última vez y pensó, a ver si ahora me quitas el papel.
Años después encontraron el cadáver, pero estaba muy descompuesto para encontrar una pista que delatara a su asesino.
Su antiguo compañero, triunfaba ahora en Hollywood; consiguiendo misteriosamente todos los papeles que deseaba.  

El gobierno del desgobierno

Aquella idea no fue buena, ni mucho menos, o a lo mejor sí, depende de el día; ya que nunca sabes cómo amaneces. Cuatro intentos de golpe de estado, tres transiciones y cuarenta elecciones repetidas y es que unos días te crees alcalde, otro de la oposición y si no el peor, un conspirador con ínfulas de golpista; el problema es que estamos así toda la Ciudad de Bipolar, y eso que llamamos a alguien de fuera para que se encargara de todo; pero de tanta demencia vista, ahora se cree unos días gallina, otros motocicleta y si no una vagoneta. 

martes, 30 de agosto de 2016

El matrimonio y la bisutería

Aquel matrimonio se levantaba cada mañana bien temprano. Se ponían a desayunar mientras se miraban y se hablaban sin decir nada, solo sus ojos intermediaban palabras, solo sus parpadeos se lanzaban besos de buenos días. Tras el desayuno se levantaban y se dirigían cada uno a su trabajo, estaba en la habitación contigua, se sentaban y se ponían a trabajar; desde hacía años aquel singular matrimonio se dedicaba a hacer bisutería muy bonita y actual, anunciaban ellos en su puesto. Cuando acababan el trabajo de embalaje, lo metían en un bolsón y se dirigían a su puesto en el mercado, esa mercancía había que venderla; se decían con la mirada.
Cuando acababa la jornada en el mercado, se marchaban contentos a una cafetería a cenar algo, ellos y el bolsón en el que  llevaban la bisutería que les había sobrado.
  •        Hasta ahí bien. - dijo el agente - Pero díganme ¿cómo es que ese bolsón de bisutería se ha convertido en un bolsón de joyas buenas?.

Aquel matrimonio enmudeció, incluso hasta de mirada; ¿pero qué podían hacer? les habían pillado. Más de veinte años con la misma técnica y ahora que iban a retirarse les detenían.
Ellos, como había dicho, se levantaban a desayunar y luego se iban a trabajar a la habitación contigua, pero lo que había omitido era que la bisutería que hacían no era para vender sino para cambiarla con el joyero de la esquina del mercado, eran los mejores falsificadores de joyas, ellos las falsificaban y se las cambiaban al de la joyería, para disimular hacían que vendían bisutería en el mercado, pero luego ellos vendían las buenas en el mercado negro y se repartían los beneficios con el joyero.
Se les ha podido detener gracias, y por desgracia, a que me habían vendido una joya para mi mujer, suerte que tengo un amigo joyero que me dijo que era falsa, por eso los tuve que denunciar; sé que yo he inventado a este matrimonio y que solo son cosas de mi imaginación pero no por ello deben quedar impunes; ¿digo yo?.

(Imagen Pixabay) 

lunes, 29 de agosto de 2016

Poeta perdido

Poeta que relatas el mundo
como tu corazón te marca,
como tu corazón te reclama.
Poeta viajero que anduviste
por el mundo buscando
explicación a los impulsos
de tu alma.
Bebiste absenta para viajar
al interior de tu ser,
fumaste sustancias que
llamaran tu atención
y empequeñeciste tu alma;
envenenaste tu historia.
Enloqueciste,
lloraste,
viendo terrores
que siempre te acompañaron
en tu infancia.
Pediste asilo en el sanatorio
y denegaron tu entrada,
decían que tu locura
envenenaría al resto
y difamaría a la demencia.
Eras un espíritu perdido
en un mundo de muertos,
eras un solitario
en las calles abarrotadas de Nueva york,
eras la luz en la neblina de Londres,
eras el aire puro en la contaminada Pekín.
Querías pertenecer al mundo
pero tampoco mucho.
Querías escribir odas
de amor
a la vez que lo odiabas.
Quería conocer la amistad
a la vez que la traicionabas.
Querías hacerte político corrupto
pero siendo honrado.
Querías ser extremista pero
estar en el centro.
Querías ser todo
pero ser nada.
Tenías miles de ideas
en la cabeza
pero a la vez las desechabas.
Querías cambiar el mundo
pero no cambiar nada.
Querías ser poeta
y no escribir de nada.
Querías hacer todo
lo anteriormente dicho
y no hacerlo.
Querías adorar la vida,
pero amabas profundamente la muerte.

(Imagen Pixabay)

sábado, 27 de agosto de 2016

Aprendiz de caco

Miró de izquierda a derecha, cogió un bote y se lo guardó; avanzó, miró a derecha e izquierda, cogió una bolsa de patatas y se la guardó. Siguió por todo el pasillo, siempre el mismo método. 
El vigilante que tenía delante le esperaba, sabiendo que ese ladrón no tendría futuro.

(Imagen Pixabay) (Texto 50 palabras)

viernes, 26 de agosto de 2016

Faro de luna

Luna,
que calmas al indomable mar,
cubierta con tu manto
de blancas estrellas
das cobijo y das descanso.
El barquero en su barca,
no teme la noche,
no teme la mar;
si te tiene presente,
si le alumbras en la oscuridad.

Poesía seleccionada en la antología "Poetas Nocturnos II", Concurso Diversidad Literaria. 

jueves, 25 de agosto de 2016

Un día en el campo

La fresa que piensa,
que el queso la besa;
pero la pasa la observa,
conversando con la uva
que la mira pensando,
si prefiere ser ella
o ser mosto de uva.
El tomate se enerva
viendo a la fresa
piropear al queso
que solo es leche, cuajo
y bacterias;
y piensa,
si me quiere el pepino
y el pimiento, ¿por qué no
me quiere la fresa?,
hasta que llega la vaca y la oveja,
ambas se abalanzan sobre
el sonrojado tomate,
una se adelanta
y la otra se lo come.
La vaca,
mientras mastica a tan jugoso tomate,
mira de reojo a la hambrienta oveja
y le dice:
Mira a nuestro chiquitín,
no le quita ojo la fresa.
A lo que rotundamente contesta la oveja;
Nuestro queso al final la besa.

(Imagen Pixabay) ( Inspirado tras la ingesta de una tarta de queso con fresas)

miércoles, 24 de agosto de 2016

Su sino

Perdido y asustado
miró para todos lados.
Se sentía solo, deprimido
y agobiado;
su pasado
le era esquivo,
le era desconocido.
Creyó caminar por parajes inhóspitos.
Miró las lagunas de una infancia olvidada.
Miró los arboles que no recordaba escalar.
Miró los pájaros que perseguía
 y no le recordaban.
Se miró en una charca y vio su rostro agotado
por el paso del tiempo,
por su inclemente vida.
Se pasó los dedos por los surcos de su cara
y vio que no se reconocía, que no sabía quién era.
Miró el largo horizonte y buscó su hogar,
el problema es que no sabía si lo tenía;
y si realmente alguna vez lo había tenido.
Sin darse cuenta pasaron los años y seguía
en el mismo sitio, en el mismo punto del camino;
aguantando la fría lluvia
y al caluroso sol.
Él, pesaroso y dubitativo, se dio cuenta de su sino,
su vida no era la de un ser humano,
sino la de una estatua.

(Imagen Pixabay)

martes, 23 de agosto de 2016

El cuadro

Se sentaba en el mismo sitio desde hacía más de cuarenta años, siempre mirando hacia una pared en la que había un cuadro; en él, se veía a un hombre en una tumbona, en una mano un mojito y en la otra un puro cohíbas, esa quisiera que fuera mi vida decía el hombre desde hacía más de cuarenta años. Vendía las vacaciones de otros, planeaba las vacaciones de otros y soñaba las vacaciones de otros, así desde hacía más de cuarenta años.
Por suerte aquel era su último día, por fin la jubilación, sacaría todos sus ahorros y viajaría lejos allí. Por fin sería el hombre del cuadro, toda una vida ahorrando y además con un buen plan de pensiones, me lo recomendó mi amigo el del banco, pensaba él. Sé que sacrifiqué mucho en mi vida, familia, amigos, tiempo libre… pero ahora recuperaría el tiempo perdido, decía él ilusionado.
Acabó su turno y se dirigió al despacho del jefe, a recoger los papeles y a despedirse de él. Cuando su jefe le vio entrar le preguntó qué quería, a lo que él respondió, mi jubilación; el jefe extrañado le dijo que si no sabía que aún le faltaban cuatro años para jubilarse; cambio de ley le reiteró. El triste hombre salió del despacho cabizbajo y pensó solo es un retraso en mis planes; de repente le sonó el móvil, era el del banco, lo cogió y le contó que el magnífico plan de pensiones que tenía, había desaparecido y sus ahorros con él, según le dijo estarían en un paraíso fiscal.
El hombre se apoyó en su mesa y se sentó, como podía sucederle eso a él dijo llorando. Se secó las lágrimas y pensó, al menos tengo salud; de repente, vio una carta de la analítica que le había mandado su médico, se le olvidó mirarla aquella mañana, pero ahora no tenía valor para abrirla.
Se levantó y se puso a dar vueltas alrededor de la mesa, perdido, abstraído y preguntándose por qué le sucedía todo eso a él y entonces lo supo; miró aquel cuadro, donde ese hombre que se regodeaba cada mañana, con su puro y su mojito, le había envenenado la cabeza. Este es tu fin, le dijo enloquecido, cogió el cuadro y lo lanzó por la ventana.

Por fin soy libre dijo él en voz alta, vaya que sí respondió alguien detrás de él; se dio la vuelta y era su jefe.     

lunes, 22 de agosto de 2016

Malditas noches

Acurrucado junto a la ventana, miraba asustado el resto de la habitación. Aquel día le dijeron sus padres que no había monstruos en su habitación, entonces porqué ellos dormían juntos, pensaba el niño; él sabía que aquella sombra que veía podía ser de sus juguetes, pero ¿y si era un monstruo?. Sólo quiero que llegue el amanecer pensaba asustada la sombra, ante la mirada fija del niño.

Microrrelato seleccionado en la antología "Escritores al alba" de Diversidad literaria. 

viernes, 19 de agosto de 2016

¿El maravilloso don?

Cuando era pequeño sabía que tenía un don pero no sabía cual era. Pasaron los años y no cejó en su empeño, probaba de todo, intentaba de todo, pero no lo lograba; hasta que un día, un claro y maravilloso día, lo descubrió. Consistía en juntar unos papeles normales, ya fueran nuevos, ya fueran usados e incluso sucios, y los metía en un sobre; luego soplaba, no muy fuerte ni tampoco muy flojo, sólo lo justo; de repente un sobre lleno de billetes. Así hizo su fortuna, pero él sabía desde niño que era generoso por lo que decidió hacer más para sus amigos; siempre se lo decía su madre, es mejor dar que recibir.
El juez, perplejo y asombrado, tras escuchar la historia del acusado se dio cuenta que con seguridad ese hombre era culpable.

jueves, 18 de agosto de 2016

Cosas

El toro corre
en un encierro de humanos
y el león come
gustoso un bistec de tofu.
El elefante aplasta
al gamberro del ratón,
a pesar que este
le ayudó a huir del domador.
El banquero atraca
al ladrón y el rico
le pide limosna al mendigo.
El político vota al ciudadano,
que tampoco se decide a formar gobierno.
El empresario le pide trabajo al parado;
el constructor se hace una casa
y también ahorra en materiales.
La tierra contamina al ser humano;
el sol se cansa de ver como
dan vueltas a su alrededor
y se va.
Otra especie evoluciona
y pasa directamente del ser humano.
Otra historia comienza a ocurrir.

(Homenaje a Don Salvador Dalí) (Imagen de Pixabay)

miércoles, 17 de agosto de 2016

El v_ _ _

Cayó manchado,
humillado,
mancillado,
ultrajado
y obviado.
Y se volvió
a repetir;
se les agrupó
con sus iguales,
cada uno con sus diferencias
e inquietudes
pero con un solo fin,
la decisión del entendimiento,
la decisión del razonamiento.
Aun así sólo vuelan cuchillos,
culpas y excusas,
nadie tiene la culpa,
todos tienen la culpa;
¿nadie sabe negociar?.

martes, 16 de agosto de 2016

Extraño hobby de jubilación

Aquel octogenario se levantaba al cantar del gallo y desayunaba lo mismo cada mañana; café de puchero y un trozo de pan tostado con aceite, así desde hace más de setenta años.
Se vestía y salía a pasear, hasta que abrían la sucursal del banco; revisaba su cartilla, minuciosamente, no vaya a ser que le robaran la pensión, le decía al empleado de la sucursal cada día; y seguía su mañana. Paseaba hasta la plaza y saludaba a su cuadrilla; tras contarse sus miserias y achaques, tomaban algún que otro corto de vino. Cuando se cansaba se despedía y se dirigía de nuevo a su casa.
Allí, se escondía en su habitación y no salía hasta la tarde, lo que nadie sabía era que él era el capo de las películas del “top manta”; ¿quién pensaría eso de un hombre jubilado y desconectado de todo tipo de red social?, se preguntó él antes de su jubilación; tras jubilarse se apuntó a un cursillo de informática en el centro de mayores y en dos años se convirtió en el amo de las descargas.
Sus hijos estaban preocupados e investigaron; comenzaron a notar algo raro cuando vieron que se compró una torre grabadora pero pensaron, serán los hobby de la jubilación. También les entró dudas cuando le vieron con sus nuevos amigos, un poco extraños; pero pensaron, la jubilación que trae nuevas amistades. Pero las sospechas se convirtieron en realidad aquel día, cuando vieron a aquel grupo de policías fuertemente armados esperándole en su puerta. Él cuando salió miró a sus hijos, mientras le esposaban; y les dijo con una sonrisa, vienen a por la pensión.
(Imagen de pixabay)

viernes, 12 de agosto de 2016

La duda del gigante

El gigante se creía el más alto, fuerte y rápido del mundo, nadie había visto a nadie como él. De repente, de la noche a la mañana, un visitante vino a su pueblo. El gigante lo miró y lo remiró, en cierto modo era alto para los de su especie, pero ni era tan alto, ni tan fuerte, ni tan rápido como él. Aquel  visitante miró asombrado al gigante y le dijo: 
¾    Yo creía que era el más alto, fuerte y rápido del mundo pero veo que no es así.
A lo que el gigante dubitativo respondió.
¾    Si tú pensabas eso puede que a mí me suceda lo mismo y haya alguien más grande que yo.
El visitante se tomó unos momentos para reflexionar y le contestó.
¾    Puede ser, pero como tú solo hay uno, al igual que yo.
¾    Tienes razón, le dijo feliz el gigante.

Contento le dijo adiós al visitante; se sentó en su gigante silla y pensó todo lo que desconocía y aún le quedaba por conocer.