El auditorio entero se
puso aplaudir, nadie esperaba una actuación tan sublime. Los actores, llenaron
de realismo aquella escena; qué dramatismo, qué violencia y qué tensión,
pensaba asombrada la gente. El actor que estaba tendido en el suelo no se levantó, pero el
que empuñaba la pistola se dirigió al público, agradeciéndoles de corazón su
demostración de cariño y admiración.
Cuando bajó el telón,
agarró a su compañero de las piernas y lo arrastró al camerino; allí, levantó
una trampilla y lo arrojó envuelto en una alfombra; luego esparció un par de
sacos de cal viva. Lo miró por última vez y pensó, a ver si ahora me quitas el
papel.
Años después encontraron
el cadáver, pero estaba muy descompuesto para encontrar una pista que delatara
a su asesino.
Su antiguo compañero,
triunfaba ahora en Hollywood; consiguiendo misteriosamente todos los papeles
que deseaba.
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