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lunes, 9 de octubre de 2017

Faquir por correspondencia

Cogió aquel fular rojo y se lo puso en la cabeza, como si fuera una especie de turbante; sacó la vieja flauta que tenía cuando iba al colegio y se puso a tocar, sin atinar con ninguna nota, sin ritmo ninguno. La gente se agrupó alrededor de tan extraño artista, que se veía que no tenía un don para la música, esperando cual sería su verdadera actuación.
De repente, de un cesto, apareció una serpiente de cascabel que no se movía al ritmo de la música; más bien parecía molesta e incluso se diría que hastiada, miró al extraño faquir y le mordió dos veces. La gente gritó asustada durante un instante, luego aplaudió ya que veían que el artista seguía tocando; con lágrimas, pero seguía tocando.
Tras media hora y veinte mordiscos más, el faquir acabó moribundo la actuación; guardó la serpiente en la cesta y pasó, con la piel amoratada, la gorra entre el público asombrado por aquella dantesca actuación. Cuando llegó a la última persona se desplomó en el suelo, y farfullando entre susurros se le escuchó: “maldito curso a distancia”.

Grises

La policía, tras acordonar la zona, entró a la tienda con sumo cuidado; allí estaba el dependiente con la cara descompuesta e incapaz de vocalizar una palabra por el miedo, él fue el que encontró la bolsa.  

Tras manipularla cuidadosamente la arrojaron al fuego; eran unos pantalones de colores estampados.

Relato para el concurso Cincuenta palabras

sábado, 12 de agosto de 2017

El jefe y el mantel de papel

Cuando entraron en mi despacho, me di cuenta que no podían quitar la mirada del mantel de usar y tirar que había sobre mi mesa de dirección; venían a entrevistarme porque, mi empresa era líder en su sector desde hacía más de treinta años, y querían saber el motivo. 
Les dije que era muy sencillo; en parte el responsable era aquel mantel de usar y tirar pero principalmente mis empleados. Les conté que conseguí mantener al mismo equipo durante treinta años gracias a aquella técnica, era sabido que el sueño de cualquier persona a la que le toca la lotería es despedirse de su jefe cagándose en su mesa, y yo les di ese gusto cada vez que llegaban las vacaciones estivales; se cagaban y se iban de vacaciones, y cuando volvían llegaban llenos de ánimo e ilusión. Tras contarle esto a los periodista se quedaron boquiabiertos y no se creían tan surrealista situación. Les pregunté que qué día era y me dijeron que 30 de Julio, entonces les dije que esperan unos minutos.
De repente entró Gutiérrez, mi jefe de ventas; entró algo cohibido, con un café y un periódico en la mano, le dije que no se preocupara que se sintiera como en casa. Ante la cara de sorpresa de los periodistas se bajó los pantalones y se puso a hacer sus cosas, al principio le costó un poco pero cuando se metió en su mundo fue la cosa rápida.
Cuando terminó se despidió de mí hasta la vuelta de vacaciones. Mientras recogía el mantel le deseé que disfrutara de ellas. Los periodistas aún algo asombrados, tragaron saliva, me dieron la enhorabuena por mi idea y me estrecharon la mano. Al salir del despacho, noté que salían con el rostro algo blanquecino pero en el fondo los entendía, no todo el mundo estaba hecho para triunfar en los negocios.  

RJHR

jueves, 10 de agosto de 2017

Una parte del todo

Una minúscula mota de polvo
en el mundo;
una gota de agua 
en la inmensidad del océano;
un pez en una bancada
de peces;
una pata de cuatro patas
en una silla;
un te quiero
en un corazón roto;
una lágrima
en una tormenta de llanto;
una sonrisa sincera
en una neblina de tristeza;
un hasta pronto
en una soledad momentánea;
una voz que no calla
en el silencio del miedo;
una vida, siempre
suma en la humanidad;
una acción no cambia
el mundo
pero demuestra que 
siempre hay una opción para 
creer y cambiarlo.

RJHR (imagen pixabay)

martes, 8 de agosto de 2017

Creer

Creía que el tiempo
nunca pasaría
y pasó.
Creía que la niñez
sería eterna,
pero fue la etapa
más corta.
Creía que ser adulto
sería siempre aventura,
pero el trabajo
se llevó todo el tiempo.
Creía que la vejez
sería una etapa 
de disfrute y descanso,
pero los achaques
no me dejaron dormir.
Creía tantas cosas
que cuando la muerte
me dijo que dejara de creer;
yo aún quise creer.

RJHR

viernes, 2 de junio de 2017

El músico errático

Receló de todo el mundo, fuera cercano o lejano; perdió la confianza en el ser humano. Caminaba ausente, sin ganas de nada, hastiado de la vida y de su mera existencia. El ser humano dañaba y mataba sin motivo, aun así estaba en lo alto de la escala evolutiva. Él sabía que era parte de la maquinaria, de toda esa maraña; y él solo quería dar alegría con su música, pero no la querían.

RJHR (Imagen Pixabay) (Obra seleccionada en VI antología de microrrelatos "Pluma, tinta y papel" de Diversidad literaria) 

miércoles, 24 de mayo de 2017

Solitaria multitud

Caminando entre extraños,
hombro con hombro,
juntos, pegados.
El agobio invade mi cuerpo
me pide salir de allí,
pero la gente se junta más,
siento el aliento de un extraño
en mi nuca, quiero salir de aquí.
Alguien me saluda,
lo miro,
pero no lo conozco de nada,
dice ser mi padre.
Abro los ojos,
miro atónito
pero no lo reconozco.
La ansiedad me puede,
miro para un lado
y para otro,
pero no hay salida,
solamente gente.
Todos me conocen,
todos me saludan
pero yo no conozco
a nadie.
La gente se agolpa más
junto a mí
pero yo quiero salir
yo quiero huir,
me siento solo
entre la multitud.

RJHR

lunes, 27 de marzo de 2017

Apartada del mundo


Se asomó sola por la escotilla para ver amanecer pero su sorpresa fue mayúscula al ver que no había sol, ni siquiera noche; solamente la incertidumbre de la nada, el miedo de la desaparición y de la extinción. El grito sordo muchas veces oído pero que nunca fue escuchado, el hombre será el ingenio pero también su ego será su autodestrucción. Ella ante la dantesca escena cerró la escotilla y cogió el libro que ya mil veces había leído y dijo: "mientras no me faltes tú, no me hará falta nada más".

Relato para el concurso semanal "X edición relatos en cadena"
(Imagen pixabay)

Soneto contra la violencia


Tendido en suelos cubiertos de estiércol
huelo el mundo con un olor extraño,
miro, remiro y observo el telediario,
y lo veo en un triste gris marengo.

Sangre y muerte; que siempre hacen tragar
en un embudo de boquilla grande,
y cuando crees que tu lagrimal
va a estallar, una imagen y a confiar.

Humanidad repleta de violencia
gratuita; con críticas de mentira
y esperando la próxima remesa.

Caminos sin rumbo; si no asumimos
que la violencia solo deja un mar
de lágrimas y un perpetuo amargor.

RJHR (Imagen Pixabay)

martes, 7 de marzo de 2017

El optimismo de la vida

¿Por qué la tierra se enfadó con nosotros?, ¿por qué perdimos todo?, si nosotros solo queremos sobrevivir; se preguntaba una y otra vez entre lágrimas su padre.
El niño veía la mirada entristecida de su padre y no sabía darle explicación a sus preguntas. Él solo sabía que aquel terremoto cambió sus vidas, les hizo apreciar cada rayo de luz del sol y cada nueva mañana que les brindaba la vida. Se acercó a su padre y le dijo, al menos nos tenemos los unos a los otros. El padre le miró con una sonrisa y le dijo, tienes razón.

Microrrelato seleccionado en la antología I Concurso de microrrelatos solidarios " Microrrelatos por Nepal".
(Imagen pixabay)

Telones que se cierran


¿Sientes?, dilo.
Ves el camino
que se abre ante ti.
¿Hueles?, dilo.
Olfateas la hierba fresca,
la cortaron tras tu marcha.
¿Palpas?, dilo.
La arena se posa en tu piel
cuando pasas tu mano por la playa,
está mojada,
es la vida;
la ama y la abraza
la marea tras su paso,
todos los días,
diferentes aguas
pero el mismo mar.
Dime, ¿qué viste en la vida?,
¿qué sintió tu corazón
cada segundo que latió?.
¿Sentiste el dolor en la mandíbula
por risas de verdad?.
¿Viviste?, dímelo.
Dime que la felicidad
fue buena contigo
y por fin podré
decirte adiós.

(imagen Pixabay)

sábado, 11 de febrero de 2017

Despedida de un poeta


Quemé mis poemas,
quemé mis palabras
e incineré mis letras.
Lloré por los sonetos
que dejé en el desván de mi memoria,
lloré por los versos que dejé en la cuneta.
Hice las maletas y dejé de lado
todo rastro de poesía,
todo rastro de libertad poética.
Acallé a mi alma y a mi corazón
renuncié a toda sinalefa mal compuesta,
decidí marcharme y no mirar atrás.
Caminé y caminé
y oí pero no escuché;
me gritaron, me suplicaron
las voces de mi cabeza,
las letras que dominan mi imaginación,
pero las rechazaba, las rehuía.
La cabeza me dolía,
el corazón me palpitaba de manera
angustiosa, de manera azarosa,
me pedía que vomitara las letras,
que liberara mis ideas,
pero me tapé la boca,
me tapé las orejas
y con el leve movimiento de los párpados
le dije a la poesía adiós.

(imagen Pixabay)

viernes, 3 de febrero de 2017

Vidas vividas sin vivirlas


Opresión y decadencia,
sociedades decrépitas;
políticas de demencia
y opulencia,
de falsedades y puñales,
de tarjetas y desfalcos.
Lascivia y libertinaje,
prostitución de almas
sin llanto,
de lágrimas sin decoro;
sexualidad y deseos
sin respeto, sin permiso.
Vestidos y trajes
de alta gama,
de pasarelas de alto copete
y farándula retrógrada;
aplausos y besos,
a creadores
que mandan sus
diseños a fábricas
de sueños rotos
e inocencias perdidas.
Sociedades con prisa
que no llegan a ninguna parte
pero que lo abarcan todo,
lo desean todo
pero no disfrutan nada.
Relojes que se miran sin cesar,
para no perderse nada de la vida
pero sin darse cuenta
de que se lo pierden todo.
Vidas repletas de cosas,
vidas vacías,
vidas vividas
sin vivirlas.
(imagen Pixabay)

jueves, 12 de enero de 2017

La nube y la lágrima


Estancado en el olvido
de un lugar sin recuerdos,
de un lugar sin nada que apreciar;
yo camino y observo,
yo me siento y presiento
que una lágrima va a caer
de un pájaro triste por un amor perdido,
de un árbol que vivió demasiados otoños
y apenas recuerda las hojas que habitó en sus ramas,
de un perro que olfatea el hueso perdido,
de un gato que gastó su séptima vida por una bola de pelo,
de un ratón que no conoció a aquel hambriento gato
y del halcón que ahora sabe que gracias al triste minino ahora tiene cena.
Y lo observo y lo medito,
y lo reflexiono y no lo entiendo;
si aquella nube se fue hoy
jamás se volverá a parecer a lo que ayer
imaginé;
un pájaro con su amada,
un árbol frondoso y colorido,
un perro con su hueso,
un gato y una asquerosa bola de pelo,
un ratón desgraciado que al final conoció al gato
y un halcón hambriento y sin cena.
Y me levanto y camino
y ando y miro,
canto y salto
pensando en la palabra
con la que acabare este…

RJHR (imagen pixabay)

lunes, 9 de enero de 2017

El nuevo inquilino

Acurrucado como una bola de lana veía la gélida noche pasar; la caldera, el calor humano y las carantoñas era lo que necesitaba, nada más. Siempre era bueno sentirse el rey de la casa. Era un gato, una mascota, pero era quien más desvelo creaba en la casa, hasta aquella gélida noche, unos aullidos, unos lastimeros aullidos perturban tan plácido descanso. El amo se levanta y va raudo a la puerta, se encuentra a un hambriento y solitario perro, raquítico como un alambre, triste como una luna sin estrellas. El amo lo consuela y lo seca con la más cálida de las mantas, lo mira con ternura y le dice: No volverás a pasar frío, no volverás a pasar hambre. Tras decirle estas palabras le ofrece la mejor de las latas del señor bigotes; el hambriento perro se lo come raudo y con el gusto aún en el paladar mira al hombre y le suelta su mirada más tierna, la de mayor agradecimiento. El hombre cae rendido a sus patas y le ofrece un recital de carantoñas, mientras el señor bigotes mira perplejo la escena sabe que a partir de ahora andarán los dos como el perro y el gato.

Relato para ENTC (imagen pixabay)

El predicador de la nada



Parado en el banco miro y me santiguo
pero camino.
El mercado está atestado de rumores y bacaladillas pasadas,
huele tan mal lo uno como lo otro;
la diferencia que uno se pudre por muerto y lo otro por maldad.
Continúo y me santiguo,
saludo a  los niños y a los ancianos
a los niños los trato de usted
a los mayores de tú,
los primeros albergan aún el anhelo
de un mundo más justo,
los segundos hace años que ya se rindieron.
Subo la cuesta de aquel pequeño monte
se respira el aire puro de veinte vertederos ilegales,
todos controlados,
todos censurados por las autoridades
cuando arden ante los medios.
Contaminación y alimentos mutantes
todo una alegría para las multinacionales;
se etiquetan como naturales y los vendemos,
pues no es natural que a un tomate
le salgan dientes con aquel líquido amarillento;
¿qué soltó aquella central nuclear que hace años
dijeron que iban a clausurar?.
Y sigo y me santiguo,
y me santiguo y sigo,
camino y bendigo cada parte
de todo este desmadre
pues yo soy parte;
soy víctima,
culpable,
cómplice
y testigo
de esta historia llamada tierra,
de esta historia llamada humanidad. 

RJHR (Imagen pixabay)