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viernes, 28 de octubre de 2016

Soy vida, soy muerte

Canté las canciones
de mis antepasados,
pero no las conocía.
Anduve por las piedras
por donde se derramaron lágrimas
de personas que lo perdieron todo,
pero aún así creyeron.
Sentí el dolor en mi pecho
de una caliente bala
que hace años fue disparada;
sentí el dolor en mi cara,
de un puñetazo desconocido
que fue infringido
en la intimidad de un infierno,
llamado hogar;
sentí las lágrimas
en la cara, de un niño
que no entiende
por qué es refugiado;
sentí la acuciante hambre,
de una tierra seca
por la avaricia humana.
Y proseguí mi camino,
mirando vastas praderas
que ahora solo
son toneladas de arena.
Sentí en mis manos la hierba,
la rocé y noté la humedad
de su vida.
Posé mis manos en las flores
y sentí los dedos en el polen;
polen que fertiliza la tierra,
polen que vuela
globalizando la tierra.
Miré desde lo alto
de un árbol
y sentí que en su estática vida,
su sabiduría fue creciendo
al igual que los anillos de su alma.
Miré a los pájaros volar
y vi el deseo imperturbable
del ser humano en querer
alzar el vuelo.
Miré al tiempo y vi que solo
soy uno de sus muchos segundos,
de sus muchos minutos,
de sus muchos años
y de sus imparables siglos.
Sé que soy vida,
sé que soy tiempo
y sé que soy muerte.

(Imagen Pixabay)


lunes, 24 de octubre de 2016

El valor del ser humano en tiempos de desdichas


Dos bandos enfrentados,
dos espías al descubierto;
dolor y tortura,
ingenio y tiempo
dedicado para hacer el mal,
para sonsacar la verdad.
Gobiernos con miedo,
nada puede quedar al descubierto,
ni un metro al enemigo
se repiten;
ni un halo de paz
se reclaman.
Calles oscuras,
frías y húmedas,
acogen tan secreto encuentro.
Ambos espías quedan liberados,
ambos volverán a casa;
piensan ellos.
Lo que ninguno sabe
es que sufrirán
el mismo trato
que recibieron
de sus enemigos;
y es que los cabos 
deben quedar bien atados,
se repiten los verdugos
para silenciar su culpa.
Los gobiernos negaran
que aquellos sucesos,
jamás sucedieron,
solo repetirán,
ni un metro al enemigo;
siempre para calmar
su culpa.

(Imagen Pixabay)

martes, 18 de octubre de 2016

Dejemos

Un grito, un ensordecedor
y doloroso grito
que desgarra mi corazón.
Lamento infinito
que comienza y acaba
en un torrente de inagotable tristeza.
Mis ojos encierran
el dolor visto
y el dolor vivido;
mi corazón y mis entrañas
agonizan,
mientras piden con suplicas terminar
tal exposición de dolor.
La cabeza se pregunta,
mientras retumba
la duda de toda razón.
¿Por qué nos es más fácil odiar,
que amar?.
¿Por qué nos es más fácil destruir,
que construir?.
¿Por qué nos es más fácil blasfemar,
que decir te quiero?.
¿Por qué la vida es tan bonita
y la hacemos tan oscura?.
Dejemos de envenenar nuestro corazón,
dejemos de ver la facilidad del odio,
dejemos de ver la facilidad de echar la culpa a otro,
dejemos de poner barreras a la vida, al amor;
y quizá así, veamos que la vida puede ser feliz.  

(Imagen Pixabay)

sábado, 8 de octubre de 2016

Buscando respuestas

Adormilado deambuló por la biblioteca, buscando un libro que lo desperezara de su hastiada vida; buscaba en los libros las respuestas a sus dudas. Miró estantería por estantería, libro por libro; todos le gustaban pero ninguno le daba respuestas. De repente, un libro fino, lleno de polvo y olvido, por título “Tu vida”; lo leyó y lo releyó, asombrado cerró las tapas y decidió cambiar su historia.

(Imagen Pixabay) (Microrrelato seleccionado en la antología " I Concurso de microrrelatos Universo de libros") 

viernes, 7 de octubre de 2016

El despiadado lector

Miro a ese hombre con gafas de pasta y cara de loco; a pesar de que he asesinado a catorce personas sin ningún remordimiento, le pregunto un poco asustado, ¿por qué lo han encerrado aquí?. Él, con la mirada perdida, me responde que está aquí por negarse a devolver un libro a la biblioteca de Alabama.

Temblando de miedo ante su respuesta, me pregunto, ¿cómo es que no tienen celdas de aislamiento para gente tan peligrosa como esta?.

(Imagen Pixabay) (Relato inspirado tras la lectura de una noticia sobre la biblioteca de Alabama)

jueves, 6 de octubre de 2016

El extraño justiciero

Amante de las conspiraciones inventadas,
fiel creyente de las luces del espacio.
Ilusorio de las noticias y de los reportajes
contrastados.
De fe irrompible, y confeso
de teorías que él mismo
ha creado;
pero ferozmente combativo
contra las creencias de otros.
Fiel revisor de precios
y creyente de descuentos
que siempre se le han de hacer,
pues el vendedor siempre
le pretende engañar;
y él es un virtuoso desenmascarando
a granujas y estafadores.
Con mirada altiva
y calculando siempre las ofertas
que él quiere, aunque no existan,
él siempre dirá que las ha visto.
Pero pobre de ti como
caigas en sus engaños,
él siempre te dirá,
que no es engaño
sino justicia.


(Imagen Pixabay)

martes, 4 de octubre de 2016

Al fin y al cabo

Cansado y perturbado
te sientas y escribes,
te sientas y describes.
Queriendo dar razón
a tus palabras,
queriendo dar razón
a tu alma.
Garabateas por el papel
intentando que broten dibujos,
que desvelen
tus sentimientos
tras el telón de niebla
y dudas.
Afloran las palabras
y se posan delicadas,
algunas,
otras atraviesan
y desfiguran el papel
pero todas son tuyas,
todas explican
algo que quieres decir,
algo que quieres reflejar al mundo;
que está cansado de mirar.
Pero tú insuflas impulso,
insuflas corazón, lamento y vida.
Cada poro de tu piel resuda
pensamientos y sueños,
odas y panegíricos,
sonetos y alabanzas,
a la gente santa,
a la gente corriente
que vive y se desvive
amando y odiando,
queriendo y engañando
pero principalmente sobreviviendo.
Y a todos nombras y mencionas,
pues todos son héroes y villanos
todos son al fin y al cabo
humanos.