La policía, tras acordonar la zona, entró a la tienda con sumo cuidado; allí estaba el dependiente con la cara descompuesta e incapaz de vocalizar una palabra por el miedo, él fue el que encontró la bolsa.
Tras manipularla cuidadosamente la arrojaron al fuego; eran unos pantalones de colores estampados.
Relato para el concurso Cincuenta palabras
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