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martes, 16 de agosto de 2016

Extraño hobby de jubilación

Aquel octogenario se levantaba al cantar del gallo y desayunaba lo mismo cada mañana; café de puchero y un trozo de pan tostado con aceite, así desde hace más de setenta años.
Se vestía y salía a pasear, hasta que abrían la sucursal del banco; revisaba su cartilla, minuciosamente, no vaya a ser que le robaran la pensión, le decía al empleado de la sucursal cada día; y seguía su mañana. Paseaba hasta la plaza y saludaba a su cuadrilla; tras contarse sus miserias y achaques, tomaban algún que otro corto de vino. Cuando se cansaba se despedía y se dirigía de nuevo a su casa.
Allí, se escondía en su habitación y no salía hasta la tarde, lo que nadie sabía era que él era el capo de las películas del “top manta”; ¿quién pensaría eso de un hombre jubilado y desconectado de todo tipo de red social?, se preguntó él antes de su jubilación; tras jubilarse se apuntó a un cursillo de informática en el centro de mayores y en dos años se convirtió en el amo de las descargas.
Sus hijos estaban preocupados e investigaron; comenzaron a notar algo raro cuando vieron que se compró una torre grabadora pero pensaron, serán los hobby de la jubilación. También les entró dudas cuando le vieron con sus nuevos amigos, un poco extraños; pero pensaron, la jubilación que trae nuevas amistades. Pero las sospechas se convirtieron en realidad aquel día, cuando vieron a aquel grupo de policías fuertemente armados esperándole en su puerta. Él cuando salió miró a sus hijos, mientras le esposaban; y les dijo con una sonrisa, vienen a por la pensión.
(Imagen de pixabay)

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