Aquella idea no fue
buena, ni mucho menos, o a lo mejor sí, depende de el día; ya que nunca sabes
cómo amaneces. Cuatro intentos de golpe de estado, tres transiciones y cuarenta
elecciones repetidas y es que unos días te crees alcalde, otro de la oposición y
si no el peor, un conspirador con ínfulas de golpista; el problema es que
estamos así toda la Ciudad de Bipolar, y eso que llamamos a alguien de fuera
para que se encargara de todo; pero de tanta demencia vista, ahora se cree unos
días gallina, otros motocicleta y si no una vagoneta.
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